Òpera; Verdi

En escena

Hacia el Otello perfecto: sutileza lírica e intensidad actoral

Una representación satisfactoria de Otello requiere de cantantes en plena madurez: es tal el cuidado de los detalles en el libreto –cada palabra posee un valor extraordinario en sus ricos matices de significado– y tanta la exigencia de la partitura, que debe gozarse de un alto nivel de seguridad y experiencia para abordar un papel protagonista o la dirección musical, que recaerá en el maestro venezolano Gustavo Dudamel, una de las batutas más enérgicas, matizadas y sabias del circuito internacional. Respecto a las voces, un buen Otello no puede dejarse al azar, por ello el elenco para las once funciones del Liceu presenta como rasgo haber cantado la ópera en múltiples ocasiones, siempre con éxito y esfuerzo. Así, como garantía, lo encabezarán los tenores Gregory Kunde y Jorge de León, dos Otellos de larga trayectoria, armados de una voz firme y segura; ambos conocen los secretos del personaje y saben sacarle el máximo partido. Lo propio ocurre con el doble reparto para el crucial papel de Jago: el barítono malagueño Carlos Álvarez volverá a afrontar uno de sus roles predilectos –quizá el más logrado de su impecable trayectoria–, así como el veterano Željko Lucic, especialista en villanos verdianos. Desdemona recaerá en dos sopranos de registro distinto, la spinto búlgara Krassimira Stoyanova –una experta de larga trayectoria con gran fortaleza– y la lírico-dramática Eleonora Buratto, cantante de delicado timbre que brillará en los pasajes más líricos.