En escena

En escena '7 Deaths of Maria Callas'

7 Deaths of Maria Callas es la obra con la que Abramović salda la cuenta con su obsesión por la gran diva, un proyecto perseguido desde hace más de 35 años.

La figura central en 7 Deaths of Maria Callas, lógicamente, es su creadora, Marina Abramović, que prácticamente no abandonará el escenario en los 90 minutos que dura cada una de las tres funciones programadas en el Liceu. Pero no es la única presencia en escena: el primer segmento de la obra, compuesto por arias de ópera famosas, contará con la presencia de siete sopranos cuidadosamente elegidas para cada una de las piezas. La italiana Gilda Fiume será la primera en aparecer dando voz a Violetta Válery en su aria del tercer acto de La traviata, Addio, del pasato, y dará paso a la vizcaína Vanessa Goikoetxea, que se meterá en la piel de Tosca y cantará Vissi d’arte, vissi d’amor. La tercera pieza es Ave Maria, una de las arias que canta el personaje de Desdémona en el Otello de Giuseppe Verdi, y de ella se encargará la italiana Benedetta Torre. La soprano coreana Antonia Ahyoung Kim se encargará de Un bel dí vedremo, la pieza central de la Madama Butterfly de Puccini y, finalmente, serán la mezzosoprano israelí Rinat Sharam, la sevillana Leonor Bonilla y la catalana Marta Mathéu quienes hagan suyos los papeles de Carmen (la famosa habanera compuesta por Bizet), Lucia Ashton (el aria de la locura de Lucia di Lammermoor, de Donizetti) y la Casta diva de Norma, quizá el aria que mejor interpretó Maria Callas.

Todas las cantantes del primer bloque tendrán también un papel actoral en el segundo, como ayudantes de cámara de la Callas moribunda que languidece en su piso de París. El resto de las presencias escénicas serán en vídeo: Willem Dafoe es un personaje más en esta obra, pero solo aparecerá en las piezas dirigidas por Marco Brambilla. Y, finalmente, hay que destacar el papel de la Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu, dirigida en esta ocasión por Antonio Méndez, ya que deberá combinar diversos lenguajes musicales: el del bel canto y el verismo de las arias clásicas, pero también el de la música que hilará toda la función que ha compuesto el serbio Marko Nikodijević, un autor muy activo en la actual escena contemporánea europea y que se mueve con soltura por los terrenos de la microtonalidad, el espectralismo y algunos pasajes que podrían incluso describirse como ambientales, un lenguaje moderno y denso en el que las cuerdas buscarán timbres que suenan como si fueran electrónicos, y que redondeará esta apuesta estética a medio camino entre el sueño, la calma y el horror.