- La primera ópera de Benet Casablancas, con texto de Rafael Argullol, surge en 2011 en una colaboración de los autores con la intención de que literatura y música convivan en un plano de igualdad
- Josep Pons asume la dirección musical de la nueva ópera con la dirección de escena de Carme Portaceli que sitúa la acción en un futuro distópico y uniforme con una impresionante escenografía cúbica firmada por Paco Azorín.
- Televisió de Catalunya grabará la nueva ópera y la retransmitirá posteriormente en diferido. Por su parte, Catalunya Música la emitirá en directo el día 12 de febrero
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Barcelona, 5 de febrero de 2019. El Gran Teatre del Liceu estrena mundialmente la ópera de nueva composición de Benet Casablancas con texto del profesor y filósofo Rafael Argullol el próximo 9 de febrero. La nueva producción del Liceu cuenta con la dirección de escena de Carme Portaceli, la dirección musical de Josep Pons y un reparto excepcional con Allison Cook como Lea, José Antonio López como Ram, Xavier Sabata como Dr. Schicksal, y hasta un total de once solistas que se completan con una gran presencia de coro en el escenario -más de 70 coristas- y una orquesta de 78 músicos en el foso. Televisió de Catalunya grabará la nueva ópera y la retransmitirá posteriormente en diferido. Por su parte, Catalunya Música la emitirá en directo el día 12 de febrero.
El proyecto surge en 2011, cuando los dos autores colaboraron en una obra en la que la literatura y la música convivieran de forma equilibrada. L’enigma di Lea está considerado un cuento mítico por el mismo autor, un mito que entra en confusión con la propia realidad. Esta historia es una historia de amor, aunque también es la historia de un secreto. Según Argullol “la portadora de este secreto, Lea, es una mujer que, después de ser sometida a circunstancias excepcionales, convertida en protagonista absoluta, deambula por el espacio y el tiempo, por los países y por los siglos, náufraga en la existencia, poseída por una pasión casi imposible de canalizar”.
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La música –aunque siempre dialogante con el escritor- sigue el relato, dando carácter, acompañando y definiendo a los personajes que se van presentando ordenadamente en la secuencia escénica. La obra se organiza en tres partes y quince escenas, y en principio estas tres partes responden, en la estructura musical, a la idea de exposición, scherzo y finalmente «movimiento lento», tal como nos explica Casablancas. Desde el punto de vista sonoro, cada personaje tiene características singulares que le dan carácter: la tesitura y un tratamiento vocal diferente señalan una opción teatral.
En cuanto a la puesta en escena, Carme Portaceli sitúa el primer acto en “un futuro distópico, referencia visual para cualquier europeo del siglo XXI. Un mundo uniforme, donde todo el mundo piensa igual, viste igual, como si se perteneciera a una secta de la que, si sales, eres un outsider inmediatamente y debes ser castigado y «uniformizado». Un mundo de terror.” En el segundo y tercer actos Portaceli hace regresar la acción a nuestros días, a una especie de «manicomio» donde están los outsiders que deben ser tratados para ser como todo el mundo. “La esencia del mundo distópico ya existía en nuestro presente”, asegura la directora.
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Exposición ‘El ojo de la música’
En los últimos diez años, la creación visual en nuestro país en el campo de la música ha dado frutos de una gran originalidad gracias a la aparición de nuevos talentos en el campo de la fotografía que buscan reflejar con el objetivo la cara invisible de la música. La exposición El ojo de la música que acoge el Balcón Foyer permite contemplar su obra inspirada en el arte sonoro y en sus protagonistas, en el impacto que provocan y en la sensación que transmiten del elemento musical. Os presentamos ocho visiones muy diversas que representan el arte de los músicos haciéndonos ver su espíritu desde puntos de vista contrapuestos, desde el naturalismo irónico de Igor Cortadellas, el carácter cinematográfico de Josep Molina, la mirada descarnada de May Zircus, la naturalidad de Eva Guillamet, el talento que retrata Michal Novak, la fantasía infinita de Zabet, la sobria espectacularidad de Ricardo Ríos y el directo vibrante de Martí Artalejo.
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L'enigma di Lea
del 9 al 13 de febrero