- El aclamado tenor alemán Jonas Kaufmann se estrena en el Liceu en una ópera escenificada encarnando al poeta Andrea Chénier, rol que alternará con Jorge de León y Antonello Palombi.
- Sondra Radvanovsky y Carlos Álvarez encabezan un extenso reparto que transmite la lucha por la libertad y el amor durante los días del Terror, ambientado espléndidamente por el escenógrafo Robert Jones y la figurinista Jenny Tiramani.
- El maestro Pinchas Steinberg llevará la batuta de esta ópera de Umberto Giordano, producción de la Royal Opera House Covent Garden, Centre for the Performing Arts (Beijing) y San Francisco Opera.
Barcelona, 28 de febrero de 2018. La imponente producción de Andrea Chénier de Umberto Giordano dirigida por David McVicar llega al Gran Teatre del Liceu del 9 al 28 de marzo bajo la batuta del maestro israelí Pinchas Steinberg. Y lo hará con un reparto de lujo encabezado por el tenor alemán Jonas Kaufmann, que hará su primera ópera escenificada en el Liceu y se alternará con Jorge de León y Antonello Palombi en el rol del poeta Andrea Chénier. Las sopranos norteamericanas Sondra Radvanovsky y Julianna Di Giacomo debutan en el papel de Maddalena mientras que los barítonos Carlos Álvarez y Michael Chioldi (que debuta en el Liceu y en el rol) encarnarán a Carlo Gérard. Marie Lambert se encarga de la reposición de esta aclamada producción de la Royal Opera House Covent Garden, Centre for the Performing Arts (Beijing) y San Francisco Opera que también contará con la Orquesta y el Coro del Gran Teatre del Liceu.
McVicar ambienta la ópera de Giordano en los tiempos del Terror gracias a una impactante escenografía corpórea que refleja con mucho realismo el contexto de la Revolución Francesa. El escenógrafo Robert Jones y la figurinista Jenny Tiramani hacen un espléndido trabajo para situar al público en este contexto histórico y para acercar con autenticidad este triángulo amoroso encabezado por el poeta Andrea Chénier y el sirviente Carlo Gérard, que comparten adoración por la joven aristócrata Maddalena. Cuando Maddalena lo pierde todo en plena Revolución Francesa, Chénier le ofrece su protección y provoca la envidia de Gérard, ahora convertido en un poderoso funcionario. Chénier es detenido durante los días del Terror. Gérard, movido por su celosía, lo condena. Maddalena hace un llamamiento desesperado, y Gérard intenta, ya demasiado tarde, defender Chénier. Gérard ayuda Maddalena a unirse con Chénier en la cárcel, y los amantes se enfrentan a la guillotina juntos.
El director musical israelí Pinchas Steinberg ya dirigió Andrea Chénier en el Liceu en su última visita a nuestro foso. Se trata de una de las dos óperas más famosas de Giordano (junto con Fedora) y que ha tomado relevancia por los espectaculares momentos líricos que regala al tenor que encarna el papel principal, con momentos álgidos como el impresionante “Improvviso” del acto primero y su aria final “Come un bel di maggio”. También destacan otros momentos emocionantes para el resto del reparto como el aria de Maddalena “La mamma morta” o el “Nemico della patria?” de Gérard.
Andrea Chénier es un dramma storico en cuatro actos, libreto de Luigi Illica y música de Umberto Giordano. Se estrenó por primera vez en el Teatro alla Scala de Milán el 28 de marzo de 1896. La primera función en el Gran Teatre del Liceu fue el 12 de noviembre de 1898, donde participaron, entre otros, Emilio De Marchi, Emilia Corsi y Eugenio Giraldoni. La última función tuvo lugar el 17 de octubre de 2007 y en total en el Liceu se ha representado 49 veces.
Verismo Plástico: Nuevos realismos en Catalunya
Coincidiendo con la programación de la ópera de Giordano, uno de los exponentes del verismo en la ópera, el Liceu organiza la exposición que cuenta con obras de diez pintores y dos escultores contemporáneos representantes del Nuevo Realismo en Cataluña. La exposición pretende crear sinergias entre el realismo en las artes visuales y el verismo en la ópera, dos expresiones estéticas que responden a una misma voluntad de reivindicar la realidad cotidiana, más allá de las tendencias historicistas y mitológicas dominantes en la ópera de finales del siglo XIX y de la abstracción plástica de la segunda mitad del siglo XX. Muestran fragmentos de vida, que son únicos y universales al mismo tiempo, porque, al fin y al cabo, las emociones que sentimos son íntimas, pero también compartidas, y el ruido de la ciudad y las sombras que proyectan los edificios nos pueden evocar cualquier metrópoli. Pero lo que se expone en esta muestra es la realidad del artista que se ha desarrollado en Cataluña, y que podemos reconocer como nuestra.