Ante una encrucijada, el lugar en el que dos caminos se separan, el individuo debe tomar una decisión. Con o sin tiempo de reflexión, el resultado y las consecuencias serán siempre inciertos. Igual que Hércules ante el interrogante (entre el placer o la virtud), hace falta una dosis de valentía para dar ese paso que cambiará el estado de todas las cosas. Nos obliga a posicionarnos.
Solo con el paso del tiempo descubriremos si esa elección ha sido o no acertada. Seguramente no aceptaremos que nos avisen de las fatalidades que nos esperan, pero asumiremos que hacer el camino ya supone un crecimiento personal.
Esta temporada el público pasa de ser espectador a asumir un nuevo rol protagonista en los procesos artísticos; una acción conducida donde el teatro ya no es un prescriptor sino un conector de experiencias y un mediador cultural para la sociedad. Es precisamente en este cambio de relación donde nace una nueva intensidad y el auténtico salto al vacío. Nunca nada será igual. ¿Hacemos juntos este camino?
Víctor Garcia de Gomar
Director artístico del Gran Teatre del Liceu