Del 23 de mayo al 30 de julio
Balcón Foyer / Foyer del Liceu

El fotógrafo Antoni Bofill forma ya parte de la historia del Liceu. Esta vida compartida que se inició en 1977 y finalizó, profesionalmente hablando, el pasado 2021, está llena de anécdotas, momentos históricos, y fotografías únicas e irrepetibles que ha disparado con su cámara durante 44 años. Algunos de estos momentos históricos pueden verse representados en el libro Antoni Bofill, un caçador d'imatges al Liceu. El libro estará a la venta en las taquillas del Gran Teatre del Liceu y en la web del Teatre.

Del mismo modo, el Liceu también dedica una exposición al fotógrafo con una muestra de sus fotografías en el Balcó Foyer y Foyer del Teatre. Se podrá ver del 23 de mayo al 30 de julio.

Nacido el 8 de julio de 1943 en Barcelona, ​​Antoni Bofill es hijo de belenistas. La vocación artística llegó muy pronto porque las primeras fotografías son de los belenes familiares, destinadas a catálogos.

La fascinación por la fotografía había empezado durante la enfermedad respiratoria que con trece años sufrió postrado en cama. De formación autodidacta, Antoni Bofill compaginó la fotografía de belenes con la deportiva, la industrial y el reporterismo.

El mundo del espectáculo pronto llamó a la puerta cuando, desde el Centro Moral de Gràcia, pudo fotografiar algunas actuaciones del Esbart Lluís Millet. Volviendo del servicio militar -donde también hizo de fotógrafo-, Antoni Bofill siguió con el negocio familiar, aunque la fotografía cada vez le ocupaba más tiempo.

La primera vez que Bofill asistió al Liceu fue la temporada 1954-55, en unas funciones de La ciudad invisible de Kítej de Nikolai Rimski-Korsakov. Y el 27 de noviembre de 1977 le encargaron las fotografías de L'Africaine de Meyerbeer, cantada por Montserrat Caballé y Plácido Domingo. Era la última vez que cantaban juntos.

Las fotografías de Bofill gustaron tanto al empresario Pamias, que le pidió que fuera a partir de entonces el fotógrafo del Liceu.