Playlist

Playlist 'Manon'

Manon, una joven ingenua que aspira a una vida confortable y lujosa, acabará pagando un alto precio por su deseo de libertad: su historia discurre entre hombres que compran sus afectos y el amor del único que le quiere sin reservas, el joven Des Grieux. Massenet compuso en 1884 una ópera idealista, juvenil y de música exultante que nunca podrá perder esa frescura inigualable.

Acto III. Manon

«Je marche sur tous les chemins»

Manon aparece del brazo de Monsieur de Brétigny en un paseo de París, a orillas del río Sena, y despierta la admiración de toda la alta sociedad que allí se ha congregado. Ha triunfado finalmente, convertida en la cortesana más demandada de la ciudad, y este es su momento de exhibición más gloriosa. Tras una introducción, Manon canta su aria de coloratura más complicada de la ópera, una breve pieza de agudos diabólicos a toda velocidad que exige una enorme agilidad por parte de la soprano, y que es una verdadera prueba de fuego para toda diva que quiera dominar el repertorio lírico.

Acto III. Des Grieux

«Ah! Fuyez, douce image à mon âme trop chère»

Después de que Manon haya decidido abandonarlo, Des Griex ingresa en un convento para completar su educación eclesiástica y ordenarse sacerdote. Sin embargo, debe afrontar una última tentación: el recuerdo de su amada sigue vivo, y no puede dejar de pensar en ella. En su aria Des Grieux se obliga a olvidar, pero la línea dulce de la melodía demuestra que Manon sigue despertándole sentimientos de afecto. Poco a poco, mientras completa la pieza y el tenor resuelve los agudos más dificultosos, vemos que no hay nada que hacer: si Manon se lo pide, él volverá con ella.

Acto V. Manon, Des Grieux

«Ah des Grieux! Ô Manon»

Antes de subir al barco en el que será deportada a Luisiana, Manon reposa en una celda. Des Grieux consigue encontrarla y le promete la liberación, pero ella está enferma y siente cercana la muerte. En un dueto apasionado y trágico que se extiende durante los últimos minutos de la ópera, la pareja renueva su amor, perdona sus errores del pasado y se lamenta de su mala suerte final, porque ya no hay un futuro en el que confiar ni una buena vida por la que luchar. En su última frase, Manon da por finalizada su historia –y su vida–, y finalmente exhala el último suspiro en brazos de Des Grieux.