En escena

En escena 'Il trovatore'

Il trovatore es una ópera de gran dificultad técnica, y eso requiere la participación de un elenco en su plenitud vocal, que esté en el punto de equilibro exacto entre la frescura y la experiencia. Las partes culminantes en cada acto requieren una gran capacidad de resistencia física, en el caso de Manrico, y de frágil delicadeza lírica, en el de Leonora, y el doble elenco reunido para estas próximas funciones en el Liceu cumple de sobras con esas exigencias. Bajo la dirección del maestro Riccardo Frizza, un experto en Verdi que ya nos ha ofrecido su magisterio en numerosas ocasiones desde el foso, cada uno de los cuatro papeles principales contará con dos intérpretes de una enorme solidez. Para Verdi, el personaje más querido siempre fue el de Azucena –la primera intención fue, originalmente, que ella fuera la protagonista indiscutible de la ópera–, y serán dos grandes mezzosopranos, Ksenia Dudnikova y Judit Kutasi, las que se encarguen de dar profundidad dramática y brillo vocal a un personaje con un espacio central en la obra.

La otra voz femenina, la de Leonora, recaerá en dos de las grandes sopranos líricas del momento, la madrileña Saioa Hernández, que vive en la actualidad su mejor momento profesional, y la rusa Hibla Gerzmava, con el reto de brillar en los dos momentos principales del rol, Tacea la notte placida y la escena del Miserere del acto IV. El papel de Manrico lo cantarán dos de los tenores spinto con un recorrido más sólido en los últimos años, Vittorio Grigolo y Yonghoon Lee, mientras que el Conde de Luna lo defenderán los barítonos Juan Jesús Rodríguez y Àngel Òdena.

Il trovatore cuenta también con tres papeles menores: el de Ferrando lo cantarán los bajos Gianluca Buratto y Krzystof Baczyk, el de Inés será para María Zapata en todas las funciones, y el de Ruiz lo cantará Antoni Lliteres. Y todo ello sin olvidar el Coro del Gran Teatre del Liceu bajo la dirección de Pablo Assante, que tiene en esta ópera un papel central –con dos grandes participaciones en el segundo y el tercer acto–, y será una de las grandes atracciones de las noches que vendrán.