Playlist

Playlist 'Il trovatore'

Acto I, Leonora, Inés

«Tacea la notte placida»

Leonora aguarda en los jardines del palacio la llegada del misterioso trovador del que se ha enamorado, y le cuenta a Inés, su dama de confianza, las circunstancias de su primer encuentro durante un torneo. En el aria, Leonora abre su corazón con un melodía de una gran ternura, una pieza conmovedora y de enorme dificultad que pone a prueba a las sopranos líricas más valientes, y culmina su parte con una cabaletta, «Di tale amore», en la que reafirma con entusiasmo la fidelidad de su amor por Manrico. En la escena completa apreciamos el carácter de Leonora: determinada, dulce y tempestuosa.

Acto II, Coro

«Vedi! Le fosche notturne spoglie»

En el comienzo del segundo acto encontramos a Manrico en un campamento gitano en Vizcaya, donde se ha refugiado tras su duelo con el Conde de Luna. Mientras recibe las atenciones de su madre, Azucena, los gitanos trabajan en la fragua moldeando el metal. Este famoso coro, de un dinamismo contagioso y coronado por una melodía eufórica que ha traspasado los límites de la ópera para instalarse –como otras piezas de Verdi– en la cultura popular, incluye además el efecto infalible del golpeteo de los martillos sobre los yunques, un recurso rítmico que convierte la escena en un momento épico.

Acto III, Manrico, Leonora, Ruiz, coro

«Di quella pira l’orrendo fuoco…»

Manrico ha conseguido rescatar a Leonora antes de que ingrese en un convento, pero recibe una mala noticia: su madre, Azucena, ha sido capturada por el conde de Luna, que ha anunciado su condena a morir en la hoguera. Espeluznado por la crueldad de su enemigo, Manrico decide salir heroicamente en busca de la gitana, y empuñando la espada levanta a sus tropas con una stretta tan breve como memorable: un momento que sólo pueden llevar a buen término los tenores con mayor potencia y capacidad de resistencia, pues el momento requiere agudos elevados y un volumen de voz inmenso.